Usuarios y Usuarias



Según la Real Academia Española, un usuario es «aquel que usa algo» o «que usa ordinariamente algo».1​ Por ejemplo un usuario de una biblioteca es un lector interesado en leer algún volumen de su archivo. Sin embargo, esto se opone a los conceptos de la Web semántica, Web 2.0 y 3.0, ya que la realidad actual prima a los ciudadanos como emisores y no solo como receptores que «usan» los medios. Es preferible, por tanto hablar de actores, sujetos, ciudadanos, etc. para referirse a las personas que interactúan en las redes digitales como Internet.


Tipos de usuario informático

En sentido general, un usuario es un conjunto de permisos y de recursos (o dispositivos) a los cuales se tiene acceso. Es decir, un usuario puede ser tanto una persona como una máquina, un programa, etc.

Usuario anónimo
Un usuario anónimo en informática es aquel que navega en sitios web (o usa cualquier servicio de la Internet) sin identificarse como usuario registrado. En algunos servicios de Internet se dispone de un modo de uso como usuario registrado y otro como usuario anónimo; normalmente, el usuario registrado goza de mayores privilegios.

El anonimato en Internet es uno de sus puntos fuertes, a la vez que motivo habitual de discusión. A los usuarios les gusta sentirse libres para expresarse, mientras que ciertos organismos quisieran un mayor control de todo el movimiento por la red para actuar con más eficacia contra la delincuencia en línea. Para contrarrestar el anonimato se pueden llegar a utilizar «alias».

Usuario beta tester

En el proceso del desarrollo de software, existe un usuario intermedio entre el desarrollador y el usuario final, que se encarga de comprobar que el programa trabaje de la forma prevista. La tarea de los beta testers es reportar errores al programador/desarrollador, y es en gran medida responsable de que el programa llegue al usuario final sin errores.

El usuario en función de su experiencia

Aunque las personas que tienen contacto directo con las computadoras pueden ser definidas colectivamente como usuarios, de forma individual tienen numerosas diferencias (edad, sexo, conocimientos previos, motivación, etc). Sin embargo, hay situaciones en que es necesario clasificarlos en una sola categoría; por ejemplo, para fines de evaluación. Una de las más utilizadas es la que clasifica a los usuarios según su nivel de conocimiento (avanzado, principiante, intermedio). Ya Sutcliffe (1988) lo define de la siguiente manera:

Inexpertos: son las personas que no tienen experiencia en el uso de máquinas y tecnología.
Principiantes: personas que han tenido algún contacto con maquinaria y tecnología;
Habilitados: son usuarios competentes, pero que les falta algo (al nivel de conocimiento o comprensión) que les permitan ser clasificados como expertos. Se podría decir que la mayoría de los usuarios entran en esta categoría.
Expertos: se trata de personas que poseen tan vasto conocimiento sobre la maquinaria y tecnología, que serían capaces de desmontarla y volver a montarla si fuera necesario. Constituyen un grupo relativamente pequeño de personas.

Una característica común a todas las clasificaciones de usuarios es que tarde o temprano, todos ellas resultan ser problemáticas. Por lo tanto, como regla general, la clasificación en tres niveles básicos (avanzado, principiante, intermedio), debe ser más que suficiente para establecer el nivel de habilidad de los usuarios.

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